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Hemos oído cientos de veces que cuidarse es la clave para vivir en salud. Pero, son tantos los consejos que recibimos para conseguirlo que, en muchas ocasiones, renunciamos a ello antes de empezar. Sentimos que son tantas y tantas las cosas que debemos dejar de hacer y tantas y tantas las que debemos hacer que nos agobiamos antes de empezar.
A menudo nos preguntamos: "¿seguiremos siendo nosotros mismos si hacemos casos de todos esos consejos?". Otras veces nos decimos: "¿vale la pena renunciar a hacer un buen número de cosas que nos gustan, y con las que disfrutamos, y hacer otras que no acostumbramos a hacer por el simple hecho de que no nos atrae hacerla?"
Yo creo que sí. La experiencia adquirida a lo largo de los años indica que el cambio de hábitos compensa, y que una vez asumidos seguimos siendo nosotros mismos, con una visión de nuestra vida más amplia y en todos los casos más sana.
La parte más difícil sigue siendo la de saber diferenciar los mitos de las verdades y las falsas publicidades de los buenos consejos. Debo decir que, el tema está tan contaminado, que en muchas ocasiones, incluso los profesionales de la salud trasmiten mitos y falsas verdades. Mi consejo es que hagáis caso de las cosas sencillas, aquellas que son totalmente lógicas, consensuadas por todos los profesionales de la salud. Es decir, dejar de fumar, hacer ejercicio moderado y comer de todo en su justa medida, evitando las sesiones maratonianas de gimnasio y las dietas que suprimen de forma integra grupos de alimentos y con ello constituyentes fundamentales para el buen funcionamiento del organismo.
