PREVENCIÓN DE LA DEPRESIÓN FARMACOLÓGICA

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1. PREVENCION DE LA DEPRESION FARMACOLOGICA


La depresión psicológica va ligada a situaciones o hechos estresantes o infelices de la vida (maltrato, muerte, divorcio, perdida de trabajo, aislamiento social,…) y da lugar a síntomas tales como  tristeza, melancolía, abatimiento, desanimo, irritabilidad, sentimientos de abandono, inutilidad, culpa, insomnio o somnolencia, disminución o aumento del apetito, cansancio, dificultad para concentrarse, perdida de placer en actividades que antes eran agradables, … pudiendo llegar a tener pensamientos repetitivos de muerte o suicidio.

Ahora bien, los síntomas depresivos pueden ser también debidos al consumo de tabaco, alcohol, drogas y medicamentos de uso habitual. Esta depresión es una depresión farmacológica y debe ser tratada de un modo diferente a la depresión psicológica.

Entre los medicamentos capaces de causar  depresión se encuentran los analgésicos mayores usados de forma habitual en dolor crónico, la mayoría de los medicamentos para la tensión arterial elevada, los tranquilizantes, sedantes o medicamentos contra el insomnio, los diuréticos, la mayoría de los anticonceptivos orales, ciertos antihistamínicos, los corticosteroides, algunos medicamentos contra el VIH, algunos medicamentos usados en quimioterapia, los medicamentos para la enfermedad del Parkinson, los anticonvulsivos,……

El efecto es mayor o menor dependiendo de la persona y de su estado de salud. Hay personas que toleran bien estos fármacos, no observando síntomas depresivos apreciables. En contrapartida otras personas se muestras especialmente susceptibles. Es por ello que, si se está consumiendo algún medicamento, y se notan síntomas de depresión, debe acudirse al médico y darle una relación detallada de todos los fármacos que está tomando.

El médico debe saber todo lo que el paciente toma antes de decidir un tratamiento contra la depresión, ya que en caso contrario supondrá que se encuentra ante un cuadro clínico no farmacológico y lo solventará recetando un fármaco antidepresivo y/o un tratamiento psicológico.

En la depresión farmacológica el tratamiento psicológico raramente es efectivo y el tratamiento mediante un fármaco compensatorio no siempre alcanza el objetivo buscado pudiendo, en contrapartida, originar nuevos efectos secundarios.

El tratamiento de la depresión farmacológica consiste, básicamente, en la supresión o sustitución del medicamento causante por otro que no produzca dicho efecto. Pero en muchas ocasiones ello no es posible. En estos casos un tratamiento psicológico dirigido a la aceptación de los síntomas puede llegar a ser más adecuado que la administración de fármaco antidepresivo.

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