EL CONTROL DE LA TRISTEZA

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1. EL CONTROL DE LA TRISTEZA

A lo largo de la vida, en algún momento o situación, es natural que aparezcan sentimientos de tristeza ligados, o no, a sentimientos de culpa, de autocompasión, falta de autoestima…  

¿Qué podemos hacer cuando la tristeza aparece?

Lo primero de todo será, identificar en qué situaciones o momentos nos sentimos tristes. A partir de aquí debemos buscar soluciones. Las estrategias recomendadas por los psicólogos son:

• Evitar, siempre que se pueda, dichas situaciones.
• Si no es posible evitarlas, intentar ver en qué medida se puede hacer algo por cambiarlas.
• Si la situación no puede ser cambiada, intentar aceptarla y buscar los aspectos positivos que pudiera tener.
• Tratar siempre de ser tolerante con uno mismo. No pretender hacer más de lo que es humanamente posible. Marcarse metas que no se van a poder cumplir no es lo deseable. Intente resolver los problemas de uno en uno. No pretenda resolverlos todos a la vez.
• Mantener el sentido del humor es una buena estrategia de cara a aprender a controlar los sentimientos negativos y, especialmente, los de tristeza.
• Realizar actividades gratificantes puede ser un gran recurso para luchar contra los sentimientos negativos.
• Potenciar una actitud positiva, buscando el lado positivo de las cosas ante la vida, es una de las estrategias más eficaces para controlar los sentimientos de tristeza.

Observaciones 

Estas estrategias son de ayuda siempre que la tristeza no sea originada por causas farmacológicos y/o patológicas.

• Lo primero será averiguar si estamos tomando algún medicamento capaz de originar esa sensación (medicamentos contra el dolor, el insomnio, la hipertensión, el cáncer,.....). En caso afirmativo, debemos hablar con el médico a fin de cambiarlo por otro que nos siente mejor, evitando tomar fármacos antidepresivos.
• En segundo lugar no debemos olvidar que la tristeza sin causa aparente puede estar ligada a estados hipoglucémicos, anemia,... por lo que puede ser adecuado consultar con el doctor la necesidad, o no, de hacer una analítica para descartar estas causas.